Andrea. 2º B Bach
¿Con de o Sin-de?
Hace un par
de días, me apeteció ver una de esas películas que todos hemos visto en algún
momento, pero que rara vez recordamos. Entré en una conocida página de
descargas y cuál fue mi sorpresa al ver que, por una determinada ley, ya no
podía disponer de dicha película, es más, la página en cuestión, estaba
bloqueada. Empecé a echar memoria y recordé que hace tan solo un año se puso en
marcha la Ley Sinde, promovida por la Ministra de cultura, Ángeles
Gonzales-Sinde (de la que ha recibido el nombre). Esta maravillosa ley
consiste, básicamente, en que un grupo de personas dependientes del Ministerio
de Cultura, pueden cerrar páginas web o borrar contenido de éstas porque, según
ellos, violan los derechos de propiedad intelectual de los autores, todo ello
con el consentimiento de los Juzgados Centrales.
Comencé a
reflexionar sobre el tema, y, evidentemente, llegué a la conclusión de que
muchas páginas de este tipo usan películas, libros, música, etc. de reconocidos
(y no tan reconocidos) artistas para ganar dinero a costa de su esfuerzo y
dedicación, algo que, a mi parecer es bastante rastrero. Sin embargo, muchísimas
más webs, utilizan su gran influencia en la población para difundir, sin ánimo
de lucro, la cultura y las artes de diferentes lugares con estas obras
audiovisuales. Entonces una pregunta llegó a mi mente: con esta ley, ¿no se
está vulnerando la libertad de expresión? Es decir, el que unas personas, que
nadie conoce, y por lo tanto, su criterio tampoco es conocido, decidan que
contenido eliminar o que páginas borrar, ¿no es una gran falta de respeto a los
ciudadanos?, ¿no les estás quitando el derecho de culturizarse?
Indagué aún
más sobre la cuestión, y vi un fragmento de la gala de los Premios Goya 2011, y
me pareció muy sorprendente que, incluso, el que fue, hasta hace unos meses, el
presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de
España dimitiese por no estar de acuerdo con esta ley y asegurase que “Internet
es la salvación de nuestro cine”, alegando que “ahora ya no es un problema que
la gente vea sus películas, internet es su perfecta sala de cine”.
En ese
momento, me di cuenta de que la música y el cine español han crecido en ésta
década como nunca antes, y gran parte de este crecimiento es gracias a la
difusión que ha hecho internet de nuestras artes. Antes muy pocas personas
podían ir al cine, y si podían, sólo iban a los grandes estrenos o cuando
tenían el dinero para pagar, si quiera, una entrada. Ahora, todo el mundo puede
ver una película cualquiera, sin tener que levantarse de su sofá, y si tener
que gastarse un dinero, que en estos tiempos de crisis nos hace muchísima
falta.